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Músicas montijanas

  • Foto del escritor: danidominguez95
    danidominguez95
  • 19 ene 2017
  • 5 Min. de lectura

Os voy a contar una historia: érase una vez un pueblo. Un pueblo de las Vegas Bajas del Guadiana. Un pueblo prototípico de esos de cuarenta grados a la sombra en Agosto y de escarcha en los coches en pleno invierno. Un pueblo donde hubo una época en la se hacía música en cualquier rincón. Una época en la que había cola para poder usar la sala de música del Espacio para la Creación Joven y los micrófonos estaban rotos de tanto usarlos. Sin embargo, un buen día se apagaron los equipos de sonido y, hasta el momento, en ese pueblo llamado Montijo, reina el silencio.

Nos remontaremos al año 2010. Tener un grupo de música en Montijo era una asignatura obligatoria para los jóvenes, pero también para aquellos no tan jóvenes. Green Pig, Jake-Mate, Real Jalea, Condena Macarra… y otros mucho que, seguro, me quedo por el camino. Nos gustaba hacer música. Tocábamos donde nos dejaban y no rechazábamos la oportunidad de subirnos un escenario. O sin escenario. Nos daba igual. Cinco años después, en 2015, la música local brilla por su ausencia. Algunos jóvenes intentan montar pequeños grupitos, de dos o tres personas. Nada comparado con aquella época en la que algunos grupos tenían hasta ocho componentes y muchos de nosotros (entre los que me incluyo) teníamos que bajarnos del escenario para poder tocar.

Me propongo, pues, hablar con algunos de aquellos músicos que una vez tuvieron un grupo en nuestro pueblo. La primera parada me lleva a “El Lokal Vuestro”, un espacio de reunión de jóvenes montijanos. Pregunto por Julio, al que muchos conocerán como “El Vila”, integrante del grupo de hip-hop “Real Jalea” junto con Samuel y Pablo. Ellos también fueron parte activa de ese movimiento al que podríamos apodar como “La Movida montijana”. Me habla de que cualquier tiempo pasado fue mejor. “Yo he cantado muchas veces en la feria, pero ciertas mayorías absolutas se lo cargan todo”, cuenta resignado. “Nosotros fundamos el Montihop, el primer festival de Hip-Hop de Extremadura, pero con la crisis y los recortes se fue todo a la mierda”. Esta desidia musical la achaca también, además de a las instituciones, a la gente: “hay que cambiar la mentalidad del pueblo”. Conociendo también mi condición de músico me dice que “nosotros también nos tenemos que organizar. Deberíamos crear una asociación que presione y converja con el Ayuntamiento para dar salida a la música local que se hace en Montijo”. Para ello pone de ejemplo a la Huerta Sonora como espacio cultural en movimiento que quizá podría ser una buena ayuda de cara a esa organización musical que necesitamos los músicos. “El parque debería ser un espacio de referencia para la música en el pueblo”. Julio también tiene palabras para el nuevo equipo de gobierno: “suelen empezar con ganas y al final acaban dándonos de lado. El PSOE lleva en su programa varios puntos sobre música en su programa, esperamos que los cumplan”.

La siguiente charla me lleva hasta uno de los bares del centro. Allí he quedado con Juan Carlos Vazquianez, cantante del grupo que antaño se llamaba “Condena Macarra”. Recuerda también con anhelo aquellos años en los que Montijo se movía: “los Espacios para la Creación Joven eran un hervidero de acciones culturales”. Me habla, por ejemplo del “Suena Extremadura”, un concurso de bandas creados por los ECJs: “nosotros llegamos a la fase final y, gracias a ello, tuvimos la posibilidad de compartir escenario con otros grupos, de dar conciertos en otros pueblos. Era diferente”. Dice que uno de los grandes logros de la sociedad actual es la cultura pero que, sin embargo, parece que le damos poca importancia. “No potenciamos la cultura local y eso hace que muchos artistas no tengan un objetivo por el que tirar para adelante. No todo va a ser fútbol”, critica. Asume, también, la apatía de la gente, de la población, pero cree que deben ser las instituciones las que se encarguen de potenciar ese cambio de mentalidad. “La gente también tiene que dejar de encerrarse en sí misma, abrir su mente y conocer. La cultura y especialmente la música son buenas recetas para ello”. Sin embargo, el declive musical que sufre actualmente Montijo lo atribuye, además de a la población y las instituciones, a los propios grupos: “éramos muy conformistas y no nos quejábamos. Además, estábamos muy desunidos y, a veces, nos poníamos trabas entre nosotros mismos”. Juan Carlos, asimismo, cree también que habría que dar muchas más facilidades a aquellos locales que sí potencian la música: “no puedes poner multas por tonterías”.

Los siguientes invitados a esta búsqueda de razones son dos músicos que formaron parte del mismo grupo, “Legado”. Son José Antonio Alfonso, percusionista, y Chema Carretero, bajista y, además, trombonista con Jake-Mate. Ambos cuentan el proceso de desaparición de “Legado” por cuestiones internas y están de acuerdo en que también desde un tiempo a esta parte se produce un importante descontrol en los Espacios para la Creación Joven: “los recortes y la dejadez influyen mucho en este ámbito”. Una de los términos que más veces se pronuncia durante nuestra conversación es la palabra motivación: “cuando eres joven y tienes un grupo no te mueve el dinero. Te mueven otras cosas como la inquietud por aprender y las ganas de hacer conciertos, pero si no tienes apoyo ni si quiera en tu pueblo pierdes esas ganas y dejas de hacer cosas”. Denuncian que no se promueven condiciones para que los grupos puedan ensayar, componer y, después, exponer al público eso que hacen. “Desde el ayuntamiento solo nos han puesto trabas” comentaba José Antonio. “Por ejemplo, si traen un grupo grande en la feria deberían permitir a un grupo local ser teloneros. Eso si sería dar una motivación”, añadía Chema. Sin embargo, también consideran una pieza clave la falta de ganas de las nuevas generaciones.

Para finalizar, me reúno con algunos de los componentes del que fuese mi grupo durante varios años, Jake-Mate. No saben de qué quiero hablar con ellos. Nos sentamos en el Atrio y José Manuel tiene una guitarra española entre las manos. La pregunta tarda poco en salir: ¿qué le pasa a la música en Montijo? Resoplan. “Nos has pillado fríos”, dice José Manuel. Les pongo en situación recordándoles “aquellos maravillosos años”. No tarda en salir, como de costumbre, la palabra “motivación”. “Se van acabando las ganas entre unas cosas y otras. Cuando esperas cuatro horas en la puerta de una concejalía y no te hacen ni puñetero caso, acabas perdiendo las ganas de seguir intentando hacer cosas en tu propio pueblo”, comentan. Nos miramos entre los tres asintiendo pero sin decir nada. “Te engañan la primera vez, la segunda e, incluso, una tercera. Pero a la cuarta das la espalda”.

Son muchos datos y muchas opiniones las que nuestros músicos nos han dado, pero parece que todos están de acuerdo en que algo debe cambiar. Y quizá cambie.

Artículo publicado en la Revista de Feria de Montijo (2015)

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